Oitavo día da novena
Los que van a morir te saludan
Ya está de nuevo Adrián con sus queridos compañeros de cadenas en espera del último suplicio. Mutuamente se animan aquellos santos mártires a soportar por Jesucristo cuantos tormentos les puedan sobrevenir: ¡Jesucristo! ¡El Maestro Divino! El los es todo para ellos. Jesucristo es su Rey. A El se encomiendan en esta hora suprema para que les dé el valor y la fortaleza que necesitan. Y a semejanza de los gladiadores que cuando salían al circo saludaban al César con aquellas famosas palabras: “Ave Cæsar: morituri te salutant” “¡Salve, oh César! los que van a morir te saludan”, así Adrián y sus compañeros levantando sus corazones henchidos de amor a Jesucristo, como si fueran áreas copas rebosantes de vino generoso brindaban por Cristo su Rey, su César, su Emperador, el único Emperador de verdad y le decían: En esta hora suprema ¡oh Jesús! ¡oh Redentor nuestro amantísimo! los que vamos a morir te saludamos y te pedimos tu gracia para saber perseverar hasta el fin porque Tú has dicho: “Sólo el que perseverare hasta el fin será salvo”.
Oración para este día
Oh fervoroso amante de Jesucristo, glorioso San Adrián, cuyo amor te impulsaba ardientemente a soportar por él todos los tormentos que te amenazaban: Concédenos la gracia de conocer cada día más a Jesucristo para que así crezcamos en su amor y trabajemos con celo de apóstoles para dilatar las fronteras de su reinado de uno a otro extremo del mundo.