Sétimo día da novena
El caballero cristiano
Como lo había prometido lo cumplió. Había pedido San Adrián autorización para ir a su casa y disponer sus cosas antes de morir dando su palabra de honor de que volvería, terminadas aquellas disposiciones, a la cárcel. Y no se hizo esperar. Allí estaba ya el mismo día cumpliendo su palabra. Tal vez podía haberse escondido o fugado porque su detención y encarcelamiento eran a todas luces injustos. No faltaron amigos que así se lo aconsejaban y la ofrecían su protección. Quizás alguno se ofreció a interceder a favor suyo ante el Emperador. Pero él no vaciló ni un instante en cumplir su palabra. Su fuga se podría considerar quizá por algunos como una apostasía, acaso sería motivo de escándalo para los que sabían su reciente conversión al cristianismo y desde luego daba margen para que se pudiera pensar de él que era un cristiano cobarde. Y todo esto era indigno de un soldado de Cristo. Por eso, vuelve intrépido y sereno en compañía de su amada esposa para que sea testigo de su martirio.
El cristiano de verdad es y ha sido siempre el caballero que hace honor a su palabra, porque su palabra es un mandato de su conciencia y la conciencia un eco de la palabra de Dios. Hace honor a su palabra siempre, pero de un modo especial, cuando de no cumplirla podía ser ocasión de escándalo para sus hermanos, porque tiene presente lo que decía el Divino Maestro: ¡Ay de aquel que escandaliza! “Más le valiera que atándole una piedra al cuello fuese arrojado en las profundidades del mar”.
Oración para este día
Oh noble caballero de Cristo, fidelísimo San Adrián, que supiste cumplir puntualmente tu palabra de honor de volver a la cárcel aunque no desconocías que su cumplimiento te costaría la vida, a fin de no desacreditar la nobleza y la hidalguía del cristiano, el valor del soldado de Cristo y para evitar el escándalo de humildes y pequeñuelos: Concédenos la gracia de no escandalizar jamás a nuestros hermanos y de cumplir la palabra que tantas veces hemos dado a Dios de guardar su santa ley, especialmente en el santo tribunal de la penitencia.